21 agosto 2009

Si el alma de un poeta estallara en mil pedazos cuando se decepciona, en ese quebranto vas a encontrarme, acurrucada, sonriendo melancolías de un pasado no muy lejano.
Si el árbol pudiera gritar cuando es asesinado, si pudiera mirarnos a los ojos y nosotros vernos reflejados en la ternura de los suyos, yo viviría en esa mirada profunda y sabia, en ese grito desgarrador que enmudece antes de nacer y acariciaría su centro aliviando así sus penas y las mías.
Si los grandes enemigos de la moral pudieran volver el tiempo atrás y deshacer la historia que ellos forjaron, contemplaría el momento del arrepentimiento, dichosa de ser testigo de la salvación.
Hoy tu amor me hace transformar todos mis deseos en uno solo, todas mis dichas pasadas en dulces melancolías, todos tus gestos en pequeñas esperanzas para mi corazón.
Porque si tu amor existiera, yo viviría en él, protegida de las angustias de la soledad y llena de la felicidad absoluta.