26 febrero 2009

Breve carta de un niño pobre al capitalismo
Muerdes mi mente, intentas encerrarme.
Me miro nuevamente en el espejo,
y ahí estoy yo, otra vez
contemplando un mundo que quiere consumirme,
que no se rinde ante mi negativa.
Sufro pero no te lo demuestro,
tengo un truco:
seguir tu juego.
Me hago parte de tu voracidad.
La ley del mas apto
La ley de la pregnancia.
No existe mejor lugar
que las sombras
para huir de la oscuridad.
Como miles de hambrientos,
me enfrento a tu macabro sistema.
Eileen Pennington
ARTEMMUSIKAL

25 febrero 2009

Hijo
Luces cálidas, de algodón.
Tus pies fríos de neón,
brillantes y lejanos, suaves.
Mios.
Ojos dulces, llenos de miedos,
y yo acá, jugando.
Tiemblan las manos
y te abrazo.
Una cuna de cristal,
un sombrero negro
y dos seres llorando,
llorando mediodías.
Te pierdo, otra vez.
Te ríes profundo,
te escondes.
Yo ruego encontrarte.
De nuevo tu cuerpo,
tus labios soñados, tu piel.
Brillantes y lejanos, suaves.
Mios.
Eileen Pennington
ARTEMMUSIKAL

24 febrero 2009

Las cortinas grises de la cocina, con esas florcitas de colores gastados y ese olor a comida guardada en un plástico derretido siempre hicieron que mi estomago odiara ese lugar. Sobre todo cuando los domingos de invierno prestaban la ocasión de quedarse dentro, por la lluvia o -peor aún- por el barro secándose al sol de una lluvia pasada. Todo de aquella casa me invitaba a depreciarla. Los diarios tirados en el suelo, cumpliendo la función de trapos totalmente húmedos y deshechos, el frío que sentía siempre al llegar, y sentir que mi cuerpo se congelaba mas con el desprecio. En invierno era detestablemente deprimente el panorama de ese sucucho que siempre olía a perro mojado. Pero en verano era peor todavía. Intentar dormir entre el calor sofocante, un ventilador que ofrecía aire mas caliente que el ambiente y su presencia pegajosa, siempre con ese olor nauseabundo que me recordaba a los indigentes de las grandes plazas de Capital... todo era tan horrible! Además el saber que en las épocas cálidas la gente encontraba dócilmente la felicidad y yo seguía ahí, pudriéndome por dentro, alimentando mi odio por la vida. Vida que curiosamente en algún momento apreciaba, pero que él se había encargado de convertirla en un conjunto de fracasos, dinero mal gastado e infelicidad. Eso fue después de dos años de convivir, luego la cosa fue empeorando. Ya no podía salir, estaba aterrada, me hizo creer que el mundo quería destruirme, únicamente para que yo no atinara a escapar y cada vez se reiteraba mas su actitud agresiva. Tiraba la comida que yo le hacia, con el poco dinero que traía, si es que no se lo gastaba en sus ocurrentes vicios. Luego me golpeaba, insultándome y yo no hacia otra cosa que llorar y eso, al parecer, lo enfurecía mas. Todo era oscuro para mi. Mi casa, la persona que había elegido, toda mi vida se había arruinado. ¡Y yo dejé tantas cosas por él! Siempre consideró el arte como un medio totalmente inútil para vivir. Deje de asistir a mis clases de apreciación musical y a mi taller de pintura. Mis amigos no valían un centavo, y dejé de verlos. ¡Dios mio! Deje absolutamente de lado mi vida para que él pudiera emborracharse y sentirse hombre durante siete años... Esto es una locura. ¿Quiere saber si me arrepiento de lo que hice? No, definitivamente no. Ese hombre me mató a mí primero. Él me hizo sufrir la muerte durante casi diez años de mi vida, todos los días sentía entrar y salir un cuchillo en mi pecho y sentí que no podía soportarlo un minuto mas. Yo lo maté. Eileen Pennington ARTEMMUSIKAL

22 febrero 2009

-Nosotros tenemos cinco días- dijo. Entonces pensé que era inútil hacer todo lo que habíamos planeado... Ese viaje, alguna otra tarde jugando a tomar el té, otra noche de invierno frente al hogar... En solo cinco días no podíamos manejar una despedida, y mucho menos una despedida tan eterna como aquella. Era seguro que nos íbamos a paralizar en vez de disfrutar de las últimas horas que nos habían dejado juntos. Al día anterior yo tome su mano, mas fría que de costumbre, miré sus ojos negros, profundos, sombríos. En ese momento me di cuanta cuan lejos se había ido y que el tiempo concedido ya estaba terminando. ¡Tiempo! ¿De que nos sirvió esas últimas tardes tendidos en una cama, inmóviles, sin decir una palabra? ¿Para que querían que sea consiente de lo sola que quedaría? ¿Para que me dieron tiempo? Solo sirvió para saber que aun estando ahí, a mi lado, ya estaba muerto.

Eileen Pennington

Artemmusikal

Eileen Pennington ARTEMMUSIKAL

20 febrero 2009

"No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos."
"La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el ensayo de un camino, el boceto de un sendero."
Hermann Hesse
"La voz interior me dice que siga combatiendo contra el mundo entero, aunque me encuentre solo. Me dice que no tema a este mundo sino que avance llevando en mí nada más que el temor a Dios"
"El hombre no posee el poder de crear vida. No posee tampoco, por consiguiente, el derecho a destruirla."
Mahatma Gandhi
Hay aquí un nuevo mundo en el cual podemos sumergir nuestras mentes,
entregarnos a todo aquello que creíamos imposible,
soñar con lo que nunca sucederá,
perdernos en el deseo de un mundo mejor.
No importa que alguien crea que todo esta perdido,
no importa que todos crean que ese jardín no existe...
vos y yo hemos estado allí
y sabemos que ese aroma era real,
que el color verde era real,
que los sonidos de aquel paraíso
nos inundaban de sabiduría y paz.
Por eso no importa que digan que es una fantasía mas
de un par de locos intentando evadirse del mundo...
nadie intenta evadirse, solo sucede así....
hay quien puede volar, imaginar, entregarse a los sueños
y hay quienes pretenden vivir atrapados en el dolor de la rutina.
Ambas cosas son ciertas,
solo hay que saber elegir
en donde pueden prosperar tus proyectos.
Eileen Pennington
ARTEMMUSIKAL

19 febrero 2009

"Estar o no estar contigo es la medida de mi tiempo"

J. L. Borges