22 febrero 2009

-Nosotros tenemos cinco días- dijo. Entonces pensé que era inútil hacer todo lo que habíamos planeado... Ese viaje, alguna otra tarde jugando a tomar el té, otra noche de invierno frente al hogar... En solo cinco días no podíamos manejar una despedida, y mucho menos una despedida tan eterna como aquella. Era seguro que nos íbamos a paralizar en vez de disfrutar de las últimas horas que nos habían dejado juntos. Al día anterior yo tome su mano, mas fría que de costumbre, miré sus ojos negros, profundos, sombríos. En ese momento me di cuanta cuan lejos se había ido y que el tiempo concedido ya estaba terminando. ¡Tiempo! ¿De que nos sirvió esas últimas tardes tendidos en una cama, inmóviles, sin decir una palabra? ¿Para que querían que sea consiente de lo sola que quedaría? ¿Para que me dieron tiempo? Solo sirvió para saber que aun estando ahí, a mi lado, ya estaba muerto.

Eileen Pennington

Artemmusikal

Eileen Pennington ARTEMMUSIKAL

No hay comentarios:

Publicar un comentario