14 mayo 2009

Recuerdo que ingrese en ese mundo sin darme cuenta Recuerdo que me atrapó con la dulzura de su aroma, con la calidez de su suave brisa. Todo el día era un solo atardecer con sus colores que penetraban en lo mas profundo de mi alma Yo me fundí en ese ocaso divino que me invitaba a soñar con hombres de largas cabelleras. Esos hombres de mis sueños eran tan naranjas como la luz del poniente Tan suaves como la hierba en la que me prestaba a soñar Tan dulces como el olor que emanaba de mi alrededor. Esos seres ya no existían solo en mis sueños, las personas con las cuales me encontraba ahora eran felices yo era feliz en ese inalterable orden de la naturaleza Pedí una noche tan hermosa como aquella tarde. Me fue concedida. Sin notarlo los hombres fueron desapareciendo. Aquellos a quienes había aprendido a amar, los hombres de olor a hierbas ya no estaban. Ahora me encontraba sola en medio de la oscuridad. Vi un destello que atravesaba la fría soledad de la noche A este le siguieron otros. Miles de ellos formaron claras estrellas. Divise entonces un sol plateado, una esfera de fuego azul. Otra vez la sensación de felicidad, el aire fresco me inundaba, los sonidos de la noche me envolvían en sus melodías Pero extrañaba a los hombres de aquel atardecer. Sabia que no iban a volver. Eran solo formas sin vida pintadas por las tarde, pero los quería. El negro,el azul, el plateado... hermosos colores de la noche... Pero yo extraño mis hombres bañados en naranja, bañados en hierba dulce.
Eileen Pennington
ARTEMMUSIKAL

1 comentario:

  1. amor cada vez mejor, che soy quiero ser el hombre azul jjjaj, te amo mucho, fascinante lo q escribis, besos y quiero leer mas todavia!!
    chauu

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